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Resultó sin duda un análisis excepcional

17 Junio 2017

 

Resultó sin  duda un análisis excepcionalTegucigalpa, MDC, 8 de mayo de 2017


Licenciado
JUAN RAMÓN MARTÍNEZ
Coordinador de la 
Sección Análisis Históricos
Diario LA TRIBUNA

¡Que interesante el artículo “Revalorando la política? escrito hace doce años -el 9 de agosto de 2005- por la licenciada Julieta Castellanos, una de las mejores rectoras que ha tenido el Alma Mater en los últimos tiempos! Y que bien por Juan Ramón al reproducirlo en su sección Análisis Históricos en su edición 977 y publicado por LA TRIBUNA el 6 de mayo de 2017.

El artículo en mención en el tiempo que se plasmó y los acontecimientos posteriores en que los dos personajes analizados -Porfirio Lobo y Manuel Zelaya Rosales ocuparon el solio presidencial, resultó sin lugar a dudas un análisis excepcional y extraordinario. Se pregunta doña Julieta en un acápite de su artículo si “¿Revalorará Pepe y Mel a la política y a los políticos?” Y se responde que “No, no lo creo. No con el nivel de debate que tienen ni con los temas que abordan ni con las actitudes y las reacciones que han hecho evidentes”. Aquí  ciertamente que ambos políticos olanchanos al conquistar el sillón presidencial y no tener las connotaciones ni los perfiles de verdaderos estadistas, tuvieron muchísimos errores en el desarrollo de sus administraciones gubernamentales.

Y con ese nivel de debate que nos señala la Rectora de ambos candidatos (Pepe y Mel), es que se concretaron muchos errores en sus administraciones y aunque resulta una perogrullada mencionarlos, es importante traerlos a colación para que hechos de esta naturaleza no vuelvan a consumarse y que gracias a Juan Ramón en su excelente sección de temas históricos, tienen que mantenerse vivos en el corazón de los hondureños para no tropezar dos veces con la misma piedras.

Si la concepción de la política está concebida como una etapa de servicio y equilibrio en su quehacer fundamental, en el caso del Presidente Zelaya (período presidencial 2006-2009) no debemos olvidar los errores cometidos en su mesiánica labor de conquistar adeptos en la clase trabajadora y gremio magisterial imponiendo reglas a contrapelo con la realidad nacional de nuestra economía, al implantar a granel un tal salario mínimo sin los análisis de los estados  financieros de las empresas pequeñas que no tenían la suficiente capacidad para otorgársele a sus trabajadores. Ello lo que provocó obviamente fue un mayor desempleo. Otro sí: El abierto apoyo a la clase magisterial pública ávida de recursos crematísticos, implicó que se hiciera uso de los recursos de la condonación de la deuda externa al otorgársele aumentos en sus partidas presupuestarias que no estaban en consonancia con la capacidad financiera del Estado que acababa de obtener un alivio de su deuda externa. Pero su verdadero clímax, de sus muchos errores, fue intentar contra viento y marea reelegirse sin llevar a cabo los procedimientos normales y adecuados para tal fin y lo mas grave aun era intentar romper con los valores tradicionales de nuestra libertad y democracia a través de una plataforma ideológica del Siglo XXI, concebida por un militar golpista de la República de Venezuela en el cual su pupilo Nicolás Maduro, hoy por hoy, está masacrando a su pueblo a vista y paciencia de la comunidad internacional.

En el caso del Presidente Porfirio Lobo debemos recordar dos errores fundamentales; su intención de materializar la Reforma Agraria y la sensible cuestión del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).

No cabe duda que este Presidente desconoció la importancia de las iniciativas individuales y el valor de la libertad en la actividad económica. Al nombrar a un personaje radical como director del Instituto Nacional Agrario (INA), este desdeñó una verdad de Perogrullo: que con la aplicación de ideologías de izquierda radicales en el campo no se lograría impulsar el PIB agrario en el país y, paralelamente, que por lograr una transformación productiva en este sector era menester que la mano invisible del mercado y la mano visible del Estado, trabajasen en equipo y comunión de ideas. Y es aquí en donde irremisiblemente el Instituto Nacional Agrario (INA), deterioró la confianza y la seguridad de un gran inversionista en el Bajo Aguán al invadirles los campesinos del MUCA más  de veinte fincas productivas ubicadas en la margen derecha del río Aguán y las fincas San Isidro y El Tumbador.

En lo referente a la problemática del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) situación harto conocida por los hondureños, resultó nefasta e imperdonable la irresponsable actitud del ex presidente de la República Porfirio Lobo al manifestar con toda la frescura del mundo que conocía perfectamente de la brutal corrupción y despilfarro a las arcas del Instituto pero que no lo sacó a luz para no afectar las importantísimas y probables perspectivas de victoria electoral del Partido Nacional que se avecinaba.

Las disquisiciones anteriores confirmaron su aserto que “el ordeño, la milpa, el caballo son atributos personales que no tienen nada que ver con las cualidades para ser un buen Presidente de la República”.  Y estos ex presidentes le fallaron a la Rectora o no leyeron su extraordinario artículo cuando al final del mismo les recomienda en su carácter de candidatos en aquella oportunidad que “…Ganen o pierdan, mantengan el nivel, que no los recuerden por los dicharachos o los exabruptos. Pero, sobre todo, revaloren la política, que mucha falta les hace”.

Para desgracia de Honduras ninguno de estos cognomentos se cumplieron y la vida de Honduras continúa su camino al vaivén de los exabruptos y caprichitos de la clase política que aun mantiene con vida… a aquel que dijimos.

¡Felicidades Rectora!
CESAR AUGUSTO BONILLA OCHOA