Lea Honduras

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente

Francisco Flores Andino y sus aportes a la historia eclesiástica de Honduras

10 Septiembre 2016

 

Francisco Flores Andino y sus aportes a la historia eclesiástica de Honduras

Rolando Sierra Fonseca

El día 10 de agosto de 2016 murió en la ciudad de Tegucigalpa, Francisco Alberto Flores Andino, un hondureño que desde su cierta soledad se dedicó al estudio de la historia, geografía y la cultura hondureña. Tiene una obra dispersa con un número significativo de artículos y trabajos publicados en revistas y periódicos nacionales e internacionales que en algún momento es importante antalogar.

 

Nacido en la ciudad de Comayagüela un 15 de noviembre de 1932. Realizó su educación primaria en la escuela Lempira de esa ciudad. Posteriormente hizo su educación secundaria en el Instituto Salesiano San Miguel donde obtuvo el título de bachiller en Ciencias y Letras, cuando lo dirigía el padre Héctor Enrique Santos, quien posteriormente se convertiría en el IV arzobispo de la diócesis de Tegucigalpa. Luego de haber concluido sus estudios ingresó a la Escuela Normal Experimental de varones, situado, también en Comayagüela, donde se graduó como maestro en educación primaria urbana. Después de haberse formado en 

estos campos decide tener una búsqueda religiosa e ingresa como aspirante a la orden de los frailes franciscanos, que desde 1937 se habían establecido nuevamente en Tegucigalpa, procedentes de la provincia de Cartagena de España, haciéndose cargo de la parroquia de la Merced de Tegucigalpa, hasta el año de 1990. Pero por otra parte, desde el año de 1944 se establecen también en Honduras los frailes franciscanos procedentes de la provincia de San Antonio de Padua de New York, quienes en la ciudad de Comayagüela se harán cargo de la parroquia Inmaculada Concepción y fundara los centros educativos San Francisco y la Inmaculada en esta ciudad. Todo ello llevó al joven Francisco Flores a incorporarse a la vida religiosa franciscana, realizando estudios filosóficos y teológicos en España y Estados Unidos.

En la década de los sesenta regresó a Honduras y se incorporó al sistema educativo nacional. Durante 10 años ocupó el cargo de director de escuelas primarias en el departamento de Gracias a Dios en la Mosquitia hondureña, lo que posibilitó hacer estudios sobre la historia de la Mosquitia y quizá uno de sus principales trabajos titulados “La mujer indígena miskita”. Esto le permitió convertirse en investigador del Instituto Hondureño de Antropología e Historia. A la vez que durante 14 años se desempeñó como profesor de la asignatura de filosofía en el Instituto de Inmaculada Concepción de Comayagüela. No obstante, aún cuando había ya casi realizado su vida, decide emprender nuevamente su formación universitaria. Así se matricula en la recién carrera de Historia creada en la UNAH en el año de 1977 en donde obtuvo el grado de bachiller en Historia y posteriormente realizó los estudios para la licenciatura, realizando el trabajo de tesis en conjunto con otros de sus compañeros sobre las capellanías en Honduras durante el período colonial. Su formación de historiador le permitió también trabajar como investigador en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En la obra escrita de Francisco Flores Andino se pueden distinguir al menos tres líneas de investigación en donde concentró sus estudios y escritos: a) Sobre el folklore de la Mosquitia. b) El estudio de la espeleología del país, y c) La historia eclesiástica de Honduras.

Respecto a la primera temática se encuentran sus trabajos: Foklore de la Mosquitia, publicado por el IHAH en 1975; así como su trabajo La mujer miskita hondureña, en 1977. A estas obras se suma su trabajo. Realidad indígena hondureña, documento de trabajo de la IHAH en 1977. En la segunda temática escribió una monografía sobre las principales cuevas en Honduras.

En el campo de la historia eclesiástica hondureña, si bien la mayoría de sus trabajos, se encuentran inéditos, el punto de partida de este autor fue la situación de las fuentes y archivos para estudiar la historia de esta institución en el país, el año de 1983, con su estudio: Apreciación y situación de los archivos eclesiástico, multicopia, 1983. Pero ha sido en el estudio de las órdenes religiosas y el clero en donde Flores Andino ha atenido mayor número de publicaciones. Su libro: Presencia histórica franciscana en Honduras del siglo XVI al XX, publicado en el año de 1992 con ocasión del bicentenario de la evangelización de América con el nihil obstate improni proteste del entonces Ministro Provincial José Ignacio Urbina D. OFM. En este libro el autor estudia el establecimiento de la orden franciscana de la antigua provincia de Honduras, por medio de la provincia del santísimo nombre de Jesús que cubría todo el territorio de Centroamérica y Honduras: “En 1574 el Reverendo Padre Fray Bernardino Pérez, provincial de la Provincia del Santísimo nombre de Jesús, pone la primera piedra del Convenio de San Antonio de Comayagua y el de San Jerónimo de Agalteca. Fray Pedro Ortiz, tomó a su cargo aquellas fundaciones, años después es nombrado primer Provincial de la Provincia de San Jorge de Nicaragua.

Funda el convenio de San Francisco de Trujillo, y de los religiosos que lo acompañaban solo quedan dos, pasando el resto a Nicaragua y Costa Rica.

En 1586 era comisario el muy reverendo padre Fray Alonso Ponce, quien vino a celebrar capítulo en ese año, y es el que le da el último de “custodia” a los tres conventos de Honduras con el nombre de “Santa Catarina Mártir”, poniendo dos religiosos en cada convento. En 1590 el Capítulo dispone que le adjudiquen a la Custodia los Conventos de: San Miguel (El Salvador) y el de Nacaome. El convento de San Diego de Tegucigalpa, que después se denominó Convento de San Francisco, se erige el 20 de abril de 1589, siendo custodio Fray Nicolás Vargas y conventuales los padres Fray Gil de Figueroa, Fray Alonso de Padilla y Fray Bartolomé Velásquez” (P. 18).

También destaca el trabajo de los colegios de propaganda Fides. Así como lo que significa el trabajo misionero de los franciscanos en la región de Tegucigalpa en donde los indígenas reaccionaron contra la conquista española teniendo una fuerte resistencia que concluye con la muerte de los franciscanos Esteban de Verdele y Fray Juan de Monteagudo hacia las primeras décadas del siglo XVII y posteriormente Fray Cristóbal Martínez de la Puerta, Fray Benito Martin y Fray Juan Pérez de Vaena; este capítulo concluye con la expulsión de las órdenes religiosas durante el gobierno de Francisco Morazán como presidente de la Federación Centroamericana.

En otros capítulos aborda franciscana en el país durante el siglo XX cuando se establecen los franciscanos procedentes de la provincia de Cartagena de España “Después de la expulsión y exclaustración de los franciscanos, y de una breve estadía a principios del siglo XX de los padres capuchinos en Comayagua, no se había vuelto a ver el hábito franciscano en Honduras.

Llegan los padres franciscanos de la Provincia de Cartagena al departamento de Ocotepeque, radicándose en la Antigua Ocotepeque, desde 1922 y parten en 1966. Su otra fundación es en Tegucigalpa en la iglesia de La Merced, la cual toman a su cargo en 1937 hasta el año 1990, o sea que la Provincia permaneció en Honduras durante 68 años” (P. 56-57).

Así como el establecimiento de los frailes franciscanos procedentes de la provincia Inmaculada Concepción de New York, desde el año de 1944, quienes tendrían una presencia significativa en la iglesia de Honduras, haciéndose cargo prácticamente de los departamentos de Olancho y Comayagua y un trabajo muy activo en Tegucigalpa. Fundando parroquias, centros educativos, centros de formación campesina: “Los obispos norteamericanos apelan a los superiores provinciales de las Órdenes Religiosas, asentadas en Norteamérica, y una de las primeras en este urgente llamado, fue la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción, que de común acuerdo el padre provincial y su definitorio, acuerdan cooperar en el país que tuviera más problemas religiosos y poco clero, y el país escogido fue la República de Honduras, como campo experimental misional.

El delegado general de la Orden Franciscana padre Fray Matías Faust, aprueba la sugerencia del provincial y definitorio (1).

Las negociaciones para llevar a feliz término este propósito misional, son establecidas entre el Nuncio de su santidad de Honduras y Nicaragua, monseñor Federico Lunardí, y se les concede el departamento de Olancho, uno de los más grandes, casi deshabitado, sin carreteras, con grandes regiones montañosas y regado con grandes y hermosos ríos” (P. 75-76).

Asimismo dedica un capítulo en lo referente a Honduras de la creación de la provincia de nuestra señora de Guadalupe de Centroamérica y Panamá: “Del 2 al 9 de abril de 1986 se celebró en la ciudad de Guatemala el Consejo Plenario, donde se presentó al hermano menor y a la Fraternidad un esbozo del proyecto de vida, y al terminar este importante evento, se empezó a preparar el Capítulo Vicarial colectivo que fue celebrado siempre en dicha ciudad del 4 al 14 de noviembre, y la perspectiva de convertirse en Provincia todo lo cual culminó en este importante evento, el cual se hace efectivo por medio del Decreto del padre general John Vaughn, el día 10 de febrero de 1987” (P. 121).

Del mismo modo estudia el establecimiento dentro de la iglesia católica de Honduras de las otras órdenes religiosas franciscanas como la orden de los frailes menores capuchinos, cuya presencia fue de algunos misioneros, durante la primera década del siglo XX procedentes de España y ya la presencia continua en el departamento de Ocotepeque, especialmente procedentes de los Estados Unidos de Norteamérica, quienes han desarrollado un fuerte trabajo de promoción social en esta región del país. Así como la presencia de la orden de los Frailes Menores Conventuales (OFM Conv) quienes procedentes de Estados Unidos de Norteamérica se establecieron en Olancho el año de 1973 y posteriormente en Comayagüela tras la trágica masacre de Los Horcones el 25 de julio de 1975 en la que murieron 10 campesinos, 2 mujeres y 2 sacerdotes: el padre Iván Betancourt de origen colombiano y el Casimiro Cipher, franciscano conventual.

Este estudio no estaría completo sin el estudio de las congregaciones religiosas franciscanas femeninas que han tenido una presencia significativa del país, como Las Hermanas Escolares de San Francisco, Las Hermanas Clarisa, Las Religiosas Terciarias Franciscanas de la Purísima; Las Franciscanas Cooperadoras Parroquiales de la Asunción; Las Hermanas Terciarias Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús; Las Hermanas Franciscanas del Buen Samaritano, de la congregación de las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua. Las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada; Las Franciscanas de la Inmaculada Concepción, entre otras. Concluye su libro con la presencia de la tercera orden Franciscana Seglar en Honduras. También dentro del estudio de los franciscanos en Honduras, estudió la figura de Fray José Ramón de Jesús María, más conocido como el padre Guatemala, publicado en la Revista de la Academia de Geografía e Historia, No. 52 de 1991, pp53-55.

En el estudio de las órdenes religiosas, también publicó el artículo “La Orden de la Merced en Honduras” en la Revista de la Academia de Geografía e Historia, agosto de 1974.

El estudio del Clero lo inició con su trabajo por el cual se incorporó como académico de la Academia de Geografía e Historia “El clero regular y secular y su participación en pro y en contra de los movimientos independentistas” RAGHH, No. 26, 1974, p.p 47-50, en el que destaca las figuras hondureñas de Francisco Antonio Márquez, José Trinidad Reyes y Nicolás Irías, quienes tuvieron posiciones contrapuestas a este proceso. En estas mismas líneas del estudio del Clero hondureño dejó el trabajo multicopiado: El Clero secular y regular en la región sur de Honduras, (Multicopia, 1989), en donde rescatan figuras y episodios desconocidos de la actuación de varios sacerdotes y religiosos de esta región del país. especialmente el establecimiento de la sociedad de las Misiones Extranjeras de Quebec o más conocidos como los padres javerianos que desde 1955 se hicieron cargo de los departamentos de Choluteca y Valle y fundaron la Diócesis de Choluteca desde 1964, trabajo que es completado con otro estudio titulado: Relación Sucinta Histórica Geográfica de la Diócesis de Choluteca, (Multicopias, 1984).

Por otra parte Flores Andino realizó investigaciones sobre la iglesia en Honduras centrándose en episodios significativos en la constitución de esta institución en el país como: “Datos históricos de la creación de la provincia eclesiástica de Honduras y la Arquidiócesis de Tegucigalpa” RIHCI, año 9, No. 9, Oct. 1995, p.p 16-31. En el que XXX.

Otra línea de investigación dentro de la historia eclesiástica de Honduras fue el estudio de las construcciones y arte religioso en el país durante el período colonial como son sus trabajos: Simbología en los frontispicios de las iglesias católicas, el cual ganó segundo lugar en el concurso del grupo Ideas de 1991. Así como artículos sobre la construcción del templo de Santa Lucía, entre otros.

Si bien la historia escrita por Flores Andino es una historia descriptiva su obra tiene grandes aportes para el estudio de los pueblos indígenas, la espeleología y especialmente para la historia eclesiástica de Honduras.

Gracias a su trabajo se ha tenido acceso a nuevas fuentes y documentos para su estudio. Así como el rescate de figuras significativas del clero secular y regular que son necesarias de seguir estudiando. Que la tarea de compilar la obra dispersa y publicar sus trabajos inéditos.