Viernes, 09 de Agosto de 2013 15:14
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Comandante Medrano
Alfonso Anariva Cálix
(Hondureño)
La antorcha de la verdad alzastes
De pluma hidalga y brillante
Defendiendo a la prensa nunca te cansastes
Gerardo Alfredo Medrano, real comandante.
Gran baluarte de la libertad
Forjastes una nueva generación
De periodistas brillantes y capaces
Medrano vivirás por siempre en la nación.
Amastes la justicia y democracia
Un periodismo objetivo enseñastes
Honduras te da todas las gracias
Porque el Colegio de Periodistas formastes.
Imborrable tu limpia trayectoria
Ética y moral imploraste
El Señor te tiene en la gloria
Y el respaldo popular te ganastes.
El perfil de tu pluma no claudicó
Ante las botas de conservadores
La lucha en tu alma petrificó
A una Honduras pura y sin violadores.
Tu pensamiento visionario está presente
Imperecedero como el de Morazán
Revolucionario amado por la gente
Paladín de las letras y la libertad.
Te recordaremos periodista Medrano
Por tu talento y esa voz clara y sonora
A tu gremio le diste tu mano
Honduras y su prensa te añoran.
Periodistas latinoamericanos
Levanten sus manos
Y a una sola voz expresemos
Que viva la libertad de prensa y el
Comandante Medrano.
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Última actualización el Viernes, 09 de Agosto de 2013 15:15
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Viernes, 09 de Agosto de 2013 15:11
administrador
VISITA A RUBÉN DARÍO
El 14 de agosto de 1945 el pueblo managüense tuvo una concentración monstruosa para celebrar la rendición incondicional del Japón. Había terminado la Segunda Guerra Mundial. Había triunfado la democracia en el mundo, y sin embargo el orador principal del acto lejos de ser un obrero antifascista, era el autor de la muerte del general Augusto César Sandino, era Anastasio Somoza García. ¡Pero pase! Dijeron todos. En la noche escribí mi poema “Salutación al Reino de la Tierra”.
Como ya se decía que la presión popular en El Salvador era tan grande que Castañeda Castro pensaba incorporarnos al país, me dije que no debía salir de Nicaragua sin visitar la rumba de Rubén Darío. Con ese objeto expreso fui a la ciudad de León. Entré a la catedral, y el homenaje que le rendí fue recitar, como quien reza un Padrenuestro, su gran poema “Pax”:
“En sangre y en llanto
está la tierra antigua.
La Muerte cautelosa
o abrazante o ambigua,
pasa sobre las huellas
del Cristo de pies sonrosados
que regó lágrimas y estrellas.
Etcétera.
Medardo Mejía
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Última actualización el Viernes, 09 de Agosto de 2013 15:13
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